[El Perdón: la llave para la Sanación del Corazón]

El primer paso para perdonar es: “querer perdonar” . El perdonar es una gracia de Dios, pero para que Dios actúe, Él necesita que le abramos la puerta de nuestro corazón. “Quiero perdonar como tú perdonas, quiero amar como tú amas”. Vemos que amar y perdonar son dos caras de la misma moneda: quien perdona ama, y quien ama perdona.

Para toda acción de Dios en nosotros debemos dar nuestro sí: sin mi disponibilidad a querer el querer de Dios, Él no actúa. Si yo le abro mi corazón a Dios, es Él quien me habita y quien obra porque tiene mi permiso: “Yo soy el que le permite a Dios que obre sus designios en mi” Ap.3,20.

El designio de Dios es perdonar siempre, setenta veces siete. Si el hombre se abre a Dios, es Él quien da el  poder de perdonar; ÉL que está en mi, perdona. Debemos tratar de permanecer en gracias de Dios como los sarmientos en la vid. Los sarmientos serán podados para que crezca la vid;éstos son las pruebas que Jesús no evita para nuestro mayor bien y crecimiento. La pruebas aumentan la fe. 1Ped 1,6-7; Sab 3,6.

 

Siempre debo pedir la gracia de perdonar; el perdón es una gracia, y en el “Nombre de de Jesús” hacer los perdones que necesito.

Perdonar es dejar de juzgar. Dijo Jesús a la adúltera: “¿Alguien te condeno?; yo tampoco”. Y agregó:” Vete y no peques más”. Jesús la perdonó y le pidió que no volviera a cometer el mismo pecado.

HAY TRES TIPOS DE PERDON

1)Perdonar a Dios

Hay ocasiones en que estamos enojados y dolidos con Dios, y sabemos que únicamente ÉL nos puede ayudar a reconciliarnos con Él. Debo pedirle a Dios la gracia de perdonarlo por todo aquello que ÉL no evitó pudiendo hacerlo. La gracia no tarda en llegar y vuelvo a tener comunicación con mi creador. Pues puedo tener una comunicación mental  con Dios, pero no la intimidad espiritual que solo por gracia nos da, Fil 2,13. Ya no lo juzgo a Dios, y Jesús que está en mí por el bautismo, es el que me da la gracia de perdonarlo a ÉL y retomar la comunicación en una oración fluida.Se trata de un perdón psicológico, pero indispensable

 

2)Perdonar al ofensor

Humanamente juzgo al que me ofendió. Cuando por gracia me dispongo a perdonar, Jesús que está en mí, perdona al ofensor. Esto es un proceso, lleva tiempo, eso depende de cada persona y del daño que se haya recibido. En mi caso, me ayudo mucho ofrecer mi comunión por esa persona que me lastimo, sentí como Jesús en lo más profundo de mi ser actuaba en mí, regalándome la gracia de perdonar. Es hermoso pensar en esa persona que te daño sin sentir dolor, ni bronca, sin desearle el mal…esa paz que solo viene de Dios.

3) Perdonarse a uno mismo

Es el más difícil de obtener debido a nuestra soberbia. Si somos duros al juzgar a los demás , lo somos más aún al juzgarnos a nosotros mismos. Somos crueles:”mi pecado no tiene perdón de Dios” y nos damos cuenta de que si, si Dios no tiene poder para perdonar mi pecado estamos ante un Dios débil, light y relativo.

Jesús vino para redimirnos, para perdonarnos y con su sangre pagó el precio de nuestra salvación; Él ya nos perdonó y nos sigue perdonando a través de su Iglesia en cada reconciliación. El perdón a uno mismo resulta el más difícil porque no creemos en el poder de Jesús para amar y perdonar; no tenemos suficiente fe.

Nuestro primer Papa Pedro negó a Jesús en tres oportunidades, tal como Jesús se lo había predicho. Jesús lo perdonó. Maria Magdalena también fue perdonada por Jesús al igual que Judas Iscariote, el que lo entregó.

Pedro lloró amargamente al ver el rostro de Jesús; se arrepintió y se humilló. María Magdalena lavó con sus lágrimas y con perfume los pies de Jesús arrepentida por su pasado.

Pedro y María Magdalena aceptaron el perdón de Jesús, fueron humildes al arrepentirse de sus pecados, se perdonaron a ellos mismos. Judas fue soberbio, tuvo la misma oportunidad que los demás; pero no toleró el haber entregado a Jesús, no se perdonó así mismo y murió ahorcado. 

Tengamos cuidado!! no nos ahorquemos en nuestras propias faltas de perdón!!

Dios nos quiere alegres y felices:¿Cómo lo lograremos sin el perdón?; IMPOSIBLE! El perdonar nos desata, el perdonar nos libera. Hagamos el esfuerzo humano de ser felices, recordemos que nosotros hacemos el 5% y Dios el 95%.

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