Un embarazo no deseado; el mirar al recién nacido más como una carga que como un don; expresiones de rechazo como “ojala no hubieses nacido”; expresiones de ridículo, como “tonto, no vales nada”. Fracasos combinados con falta de aprecio, hacen que uno se desvalorice en sus propios ojos, forma una imagen muy pobre de sí mismo y no aprecia su valor como persona.
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